La confianza… El “elixir” de los pedófilos

Usted, como persona de bien, nunca abusaría un niño. La mayoría de las personas respetan y aman a los niños. Usted se ha formado en ese concepto, pero también en aquel que nos enseñaron que debemos cuidarnos de los extraños. Ahora, deberá considerar, incluirlos a los propios.

Estos dos aspectos son los que nos generan confianza y ése, exactamente ése, es el elemento que precisa el pedófilo para agraviar a un niño.

Lo que está pasando ahora, es que los medios de comunicaciones nos hacen participes de más temáticas e informaciones que fluyen de mejor manera. Artículos como éstos sirven, pero, no para desconfiar de todos, sino para ser cuidadosos, ya que si no actuamos solícitamente, el resultado puede ser doloroso.

Si a los gobiernos les interesara la salud y la vida de los niños, se encargarían de que este tipo de abusos pase una sola vez, porque este profesor de música, luego del primero, no podría haber continuado con sus bajezas en lugares de tanta concentración de niños, ya que no podría haber conseguido trabajo. (Lo investigan por otras 70 denuncias)

En Argentina, hay funcionarios y políticos que se transforman en cómplices de delincuentes sexuales, ya que a pesar de tener el Imperium para mejorar la calidad de vida de los niños no lo hacen. Esta inacción los transforma en funcionarios pro-pedófilos. Recordemos siempre, que en nuestro Código Penal hay dos maneras de delinquir: por acción, o por omisión.

Por ello, entre todas las personas de bien, debemos cuidar a los niños. Para ello, es necesario sumar conocimientos sobre estas cosas. La agresión sexual contra un niño, puede ser un camino sin regreso y la podemos evitar.

Cuando leemos noticias como éstas nos preguntamos, cómo puede ser que haya pasado tanto tiempo, tantas escuelas diferentes, tantos directores, tantos compañeros de trabajo para que recién ahora, se den cuenta de tanto daño que hizo a tantos niños este profesor de música.

Quizá la tentación sea pensar que eso fue posible porque tuvo cómplices, o encubridores, pero el pedófilo no necesita ninguna de las dos cosas. Esas personas, tan sólo podrían comprometer el silencio y la impunidad que necesita para actuar. Tampoco él concibe, por que comprende el delito que comete, que alguien lo pudiera ayudar en esa perversión. Por ello, actúa solo.

Desde la impunidad que va logrando poco a poco actúa y cautiva. La simpatía y la bondad, para ganarse la confianza, es su herramienta fundamental, sin ella, le sería imposible desplegar sus acciones.También este estado que logra, le permitirá, mantener en el tiempo el estado de abuso del niño, niña o adolescente, sin que nadie lo advierta.

El pedófilo tiene una conducta diferente al violador, este último precisa la fuerza y la oportunidad, el pedófilo, exclusivamente…la confianza.

Veamos rápidamente quienes son y cómo actúan los abusadores.

a) En un 97% los abusos sexuales contra niños se ejecutan dentro del seno familiar y son causados por los propios adultos referentes del niño.

b) En el ranking de los adultos que cometen abusos sexuales contra niños, ocupan el primero y sucesivos puestos los: padres biológicos, padrastros, abuelos, tíos, amigos del hogar, sacerdotes, maestros, y allegados de la familia.

Lo primero que hace un pedófilo es mezclarse con la familia. Luego (fundamental) consigue ganarse la confianza de los padres (o de la madre). Cuando observa la falta de control de los padres, se dirige hacia el niño buscando la oportunidad de hacer con él, contacto físico.

Cuando ya ha logrado estas dos etapas, comienza a ejercer sobre el niño acciones de neto corte sexual, como: merodeo de sus órganos sexuales, acercamiento a sus partes privadas, tocamientos y todo acto relacionado con estas características. La próxima meta, es donde trasunta la verdadera perversidad.

Comienza a ejecutar acciones dirigidas a involucrarlo al niño en las obscenidades, que él mismo propone y ejecuta. Finalmente ejercerá la presión suficiente, para hacerla comprender a la criatura por qué debe guardar silencio.

Un ejemplo para comprender cómo manipula al niño, en esa ostentación de poder que despliega para atraparlo

Impunemente se desnuda delante del niño, saca sus genitales, proponiéndole al niño que lo toque. Cuando eso ha ocurrido, comienza a responsabilizarlo de lo que acaba de pasar. Lo manipula desde la culpa, hace como que se asocia a él, le propone complicidad y a partir de allí que ninguno de los dos contará nada a nadie.

Por temor, por culpa o por pudor, el niño termina acatando el silencio propuesto por el pedófilo.

Algo que debemos sumar a la angustia del niño

Si la mayoría de los abusos sexuales contra niños, ocurren dentro del seno familiar y son ejecutados por los propios adultos referentes del niño, obviamente, en la mayoría de los casos, el niño está unido afectivamente con el abusador, en orden a su rol (padre, abuelo, tío, hermano mayor) o por una suerte de poder derivados de roles tales como sacerdote, maestro, profesor, vecinos amigos de la familia, etc. Es decir, el niño ama o tiene en cuenta el afecto o el poder del agresor. Ese adulto, era su modelo, su protector. Ello, amplifica el estado de angustia, de pena, de tristeza y de culpa, sentimientos, que colaboran con los planes del abusador.

Pero, finalmente, el pedófilo debe asegurarse de que el niño no hablará. Para ello, sella esa relación con frases que horrorizan a la criatura: “si cuentas ésto a alguien, la mataré a tu mamá con un cuchillo”, “si se enteran, a vos no te van a querer más”, “si dices algo, me llevan preso y no me verás nunca más”, “si dices algo, nadie te creerá”, “no te olvides que vos sos el que me lo hiciste”.

El niño para ese entonces, pasa a ser un instrumento, una herramienta del pedófilo, la que usará del modo que a él se le antoje.

Cómo nos damos cuenta de lo que le pasa

Es muy simple. Lo primero que debe hacer usted es no asustarse, ni increpar al niño. Usted con esta lectura sabe lo que él está sufriendo. No se desespere, hable con él, mírelo a los ojos, tómele las manitos y pídale que le cuente lo que le pasa. Usted observará como mamá, gestos que nadie más que usted comprenderá si sabe mirar.

Luego, puede observar acciones o conductas que no había desarrollado hasta ese momento como que se hace pis en la cama, quiere dormir con la luz prendida, baja el nivel de conducta y calificaciones y no quiere ir a la escuela, tiene momentos de irritabilidad, tristeza o depresión en donde usted le llamará la atención que se esconda en lugares raros como muebles, debajo de la cama. Todas conductas diferentes a las que tenía. No puede controlar el miedo y la angustia.

Luego de ello, comience por creerle todo lo que le dice, no ponga nada en tela de juicio, no relativice nada, tan sólo escúchelo asintiendo con la cabeza cada frase que el niño diga. Esto le dará confianza y comenzará a hablar. Nunca deje de tomarle las manitos entre las suyas.

Quédese tranquila, repetimos, no se asuste, actúe con calma y para cada caso, consulte a expertos en la materia. Si usted no hace todo con serenidad, él, advertirá su enojo o incomodidad y se retraerá. Usted, sin quererlo estará ayudando a su silencio.

PREVISIONES

1) Usted sabe desde siempre, por la relación que tiene usted con su marido y se supone que lo conoce. Usted debe reflexionar si puede o no ejercer este tipo de actos con sus hijos. Ninguna mujer, puede ignorarlo. El término “Durmiendo con el enemigo”, es tan sólo el título rimbombante de una película.

2) Nunca deje que ningún varón, le haga “caballito” en las piernas a un niño o niña, ni juego que se le parezca, ni siquiera que se mantenga en sus piernas.

3) Preste atención a los que se comportan amorosamente o simpáticamente con usted y conjuntamente con sus hijos.

4) Preste atención cuando su hija o hijo se han ausentado de las zonas de visibilidad común en fiestas o reuniones.

5) Aunque sea niña o niño grande (10 años) nunca deje que vaya sola/o al baño de un lugar público. Si lo hace, tome el tiempo, que se demora.

6) El niño o niña pueden estar necesitando más afecto y caricias suyas. El acercamiento, la simpatía y la bondad del pedófilo le resultan atractivos para sus emociones.

7) Controle los regalos que le hacen.

8) El pedófilo, luego de tener upa (alzado) al niño, suele modificarle el estado y la posición física del niño, sin consultarle. Es decir, cuando usted observa que lo cambia de lugar, lo sube, lo baja, le maneja sin consultarles el cuerpo del niño, estamos frente a un rasgo importante a considerar. Debe actuar rápidamente para que cese ese modo. No se enoje con el niño o la niña, ellos no son responsables de nada de esto, están absolutamente, totalmente excluídos de la culpa de todos estos procesos.

Ese modo de manipular el cuerpo de la criatura, puede ser un reflejo de que el pedófilo, está midiendo la capacidad de manipulación que tiene sobre el cuerpo del pequeño y la respuesta del niño (pasividad ante la acción unilateral).

Nada más para que usted tenga una idea de cómo se adueña del niño, niña o adolescente el pedófilo, observe este video

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Escribió Julio César Ruiz

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