Qué hacemos cuando sabemos que allí, en ese lugar… hay un niño abusado

Los abusos sexuales de niños, niñas y adolescentes, ocurridos fuera del hogar, son tan pocos, que prácticamente, no mueven estadísticas. Dicho de otra manera, en un 95% de la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, se originan dentro del hogar del niño y provocado por sus propios adultos referentes.

Los principales ejecutores son, los padres, tíos, los padrastros, los abuelos, los hermanos mayores, familiares, y allegados al grupo familiar como maestros curas y amigos.

Los niños, desde que comienzan a ser abusados, presentan síntomas evidentes, pero para padres observadores, no así, para otros, que con tal de negar esta situación, interpretan, que se hace pis en la cama, que no quiere dormir con la luz apagada, que se torna agresivo con sus pares, que no quiere ir a la escuela y toda conducta diferente, con frases como: “son cosas de niños”.

Pero la sintomatología observable a primera vista, para quién conoce y tiene cariño por el niño, la niña o el adolescente, es tan importante y diferenciada de las habituales, que se podría decir que nadie podría admitir que una madre o el entorno, podría no darse cuenta. Tan sólo, se trata de mirarlos a los ojos y prestarles atención y creerles, todo lo que dicen.

Sin miedos, con serenidad, con tranquilidad, tratarlos bien, asentir con la cabeza demostrando que le cree, dándole confianza, en desmedro del silencio que le ha impuesto el agresor, por las que él o ella, no quieren hablar.

De todas maneras, ninguno de los dos progenitores queda absuelto, al momento de profundizar esta temática y pretender encontrar responsables, en dónde como se podrá observar, hasta el Estado viene a oficiar de cómplice.

De qué manera se hace público el abuso sexual de un niño

Esto es posible, en general, gracias al aporte de parientes, familiares, amigos, o vecinos del niño víctima que deciden efectuar la denuncia.

Obviamente, son las denuncias anónimas, las que hacen posible el conocimiento de este tipo de agresiones, por cuanto ofrecen seguridad y anonimato. El resto, ante la simple denuncia, efectuada incluso de modo verbal, la fiscalía tiene la obligación de investigar de oficio.

Los gobiernos argentinos, no han colaborado con la colocación de líneas gratuitas, con marcado de fácil memorización, para que los niños cuenten lo que les pasa, y los adultos de buena voluntad, puedan ayudar, como en continentes más avanzados, que han comprendido que la manera más efectiva, de luchar contra el abuso sexual infantil es simple…escuchándolos a los niños y encarcelándolos a los agresores.

No existen organizaciones gubernamentales ni no gubernamentales, que procuren las denuncias recibidas y las que existen, no tienen fuerza para imponer un proceso de esta magnitud, menos aún subvenciones del Estado, para hacer posible tan delicada acción de defensa para los más pequeños.

Los agrupamientos de psicólogos y llamados expertos, con nombres de instituciones que dicen luchar contra el abuso sexual infantil, son grupos de perversos, que conociendo lo que vamos a desarrollar, y por intereses profesionales y económicos, crean esperanzas a la gente de un modo erróneo y cruel.

Los poderes judiciales, han demostrado una insensibilidad y desconocimiento en la materia, que realmente a veces produce escalofríos.

Un solo ejemplo sobre la pusilanimidad y amortiguamiento moral con que se manejan los funcionarios judiciales, dibuja, sin tapujos, el siguiente caso:

Fundación Adoptar, cuando llevó adelante, con todos los “impedimentos y chicanas hasta del propio juez asociado a los abogados defensores del agresor” y por supuesto poniéndonos al lado de una madre desesperada, logramos, tan sólo que la sentencia de primera instancia culmine el caso, sobre una niña de 5 años, abusada por el hijo de un abogado de la matrícula de Tucumán, de la siguiente manera:

“No se pudo probar que las escoriaciones vaginales de Ayelen, provengan, de un abuso sexual sufrido, a pesar de la certificación médica que obra a foja 2, por cuanto ese día, la niña, anduvo, según su propio relato, mucho tiempo en bicicleta”

Creemos, que esto es suficiente, para interpretar lo que ocurre verdaderamente, con estas criaturas. Esta mención, no es exclusiva de un caso particular ni único, sino, con distintas palabras, una constante en las decisiones judiciales.

Los peritos, en este tipo de procesos, en general, no todos, cuando tienen que diagnosticar en el expediente, entre el “si” o el “no”, optan por el “ni”.

Cuando los abogados defensores del niño, logran que la declaración sea tomada en Cámara Gesell, elemento indispensable en la materia, que tan sólo tienen a su alcance contados jueces en el país, la otra parte alega que el niño está preparado por la madre para declarar en contra del padre para sacarle algún beneficio o vengarse de alguna cuestión pasional o personal.

En nuestra vasta experiencia de campo, nunca hemos encontrado ni una sola mujer que haya sido capaz de crear tan siniestro pensamiento, venido de la nada y en desmedro de su hijo para castigar a su marido.

Siempre nos hemos preguntado si los fiscales, los jueces y los defensores de menores, en sus sobremesas hablan con sus esposas y sus hijos sobre cómo proceden en “la defensa” de los niños abusados.

Entre marzo del 2002 y junio del 2006, hemos denunciado 1.024 abusadores de niños en la provincia de Tucumán, y ni siquiera hemos logrado que sean al menos, llamados a declarar.

Incluso ni con el acompañamiento de sus madres y hasta con manchas de semen en los pañales, hemos logrado que estas demandas prosperen. Siempre desde las fiscalías, generan la duda procesal, para poder decretar la impunidad.

En los casos graves, como por ejemplo de desgarros, las madres llevan a sus hijos al pediatra, quién a veces aconseja, luego de las curaciones de rigor, la visita a un psicoterapeuta.

Es allí, donde comienza el verdadero dolor del pequeño

Con todo el temor, de ser descubiertas y que termine de derrumbarse su hogar, con más las culpas que se supone pasan por su cabeza, la madre, lleva a su hijo al lugar recomendado: el psicoterapeuta.

Por experiencia de cinco consultorios de psicólogas que poseía la Fundación Adoptar, algunos de los impedimentos para que llegue y se mantenga el tratamiento del niño en el consultorio profesional, son los siguientes:

1)Que la madre interprete que en una o dos sesiones, tal cual como el pediatra, el niño tendrá su problema resuelto y no lo lleve nunca más.

2)Que el niño no puede trasladarse solo.

3)Que la madre, suspenda el tratamiento abruptamente, por cuanto está permitiendo su realización a espaldas del agresor.

4)Que la madre no ponga en acto su responsabilidad y no lleve al terapeuta a su hijo por los siguientes motivos adicionales:

a)Porque no tiene dinero para el transporte para llegar a terapia.

b)Porque en el hospital, entre sesión y sesión a veces pasan 20 días y pierden la continuidad del envión que habían tomado para comenzar a enfrentar semejante situación de vulnerabilidad de sus hijos.

c)Porque tiene temor de saber que el que abusa de su hijo es ni más ni menos que el sujeto que ella eligió para ser el padre de sus hijos.

d) Porque tiene temor a lo que sobreviene, después del conocimiento y el de darse cuenta: la denuncia, la exposición familiar y pública, la crítica, la separación y todos los conflictos derivados de lo que está a punto de saber.

e)Porque se da cuenta que al denunciar quedará expuesta a todo lo enumerado, y deberá, el mismo día que notifiquen de su denuncia al agresor, buscar vivienda y trabajo porque el o los agresores, son los dueños de la propiedad donde vive y los que mantienen a ella y sus hijos.

f) Porque desconoce las consecuencias y rastros, psico-físicos a las que está expuesto su hijo.

g)Porqué tiene acendrado en su cabeza y en su cultura, cuestiones relacionadas con el machismo.

h)Por infinidad de miedos, fantasmas y culpas, que en realidad, interpreta que ella, por acción, por omisión o descuido, es la responsable de todo.

i)Porque el Estado no le ofrece ninguna protección ni cobertura.

El relato de la última de dos sesiones de una psicóloga de la Fundación Adoptar, con una nena de 8 años, expresa con mayor claridad, el dolor, que le produce, incluso, la concurrencia al consultorio:

Las terapeutas, en orden a que no saben a cuantas sesiones más lo llevarán al pequeño, eligen en general abordajes rápidos, previendo que esos 45 minutos de esa sesión que está siendo posible, le sirvan, de alguna manera a la criatura. No les quedan demasiadas opciones.

Comienzan a generar la comodidad y la confianza del niño con juegos, dibujos, pinturas y sobre todo, como es obvio un momento que el niño lo vive como “sólo para él”.

A partir de allí, la terapeuta llama a la madre, que espera afuera, y le da un nuevo turno para el próximo jueves.

Casi sin creerlo, la psicóloga, observa como la niña, a la hora y el día señalado concurre con su mamá a la nueva sesión. Abre la puerta de su consultorio, y la niña con una sonrisa gustosa, asiente entrar para comenzar a “jugar”.

Han pasado nuevamente, 45 minutos incomparables, pero llegan a su fin. Cuando la nena se despide, la psicóloga observa su angustia. La terapeuta, más como un acto de solidaridad y olvidando su actitud profesional la abraza en silencio y la niña le dice:

“Me encanta estar acá”. “Vivo un momento hermoso en cada instante, pero lloro porque no voy a poder verla nunca más…por eso lloro”.“Anoche mi papá se enteró que mi mamá me trae y me prohibió que vuelva”. “Cuando mi mamá se fue a hacer las compras, me comenzó a pegar, y me metió el dedo para hacerme doler la cola de nuevo y me gritó, que yo soy la que tiene la culpa de todo”.

¿Allí, deberemos concluír en que para qué sirvió esta atención, si el Poder Judicial no le sacó el agresor de su casa.

Hay en la Justicia de la República Argentina, funcionarios pro-pedófilos, porque a pesar que tienen el Imperium para mejorar la calidad de vida de los niños no lo hacen. A ellos, les recordamos, que hay dos maneras de delinquir en nuestro país, por acción o por omisión.

La Solución

La única propuesta es darles a todos los niños, la posibilidad que pongan en acción uno de los derechos más importantes de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el de ser escuchados, a través de líneas telefónicas gratuitas para que podamos enterarnos y de allí, saber qué debemos hacer para darle la humanidad, que les debemos como adultos.

En el mundo hay 74.000 líneas de escuchas para niños que están tutelados y administrados por especializadas organizaciones no gubernamentales.

Tan sólo en América Latina, son controladas por los gobiernos nacionales y provinciales, a los cuales, no les conviene que se sepan, los que los niños, tienen para decir.

Escribió Julio César Ruiz

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