“La pedofilización de la trata de bebés”

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Desde la observación diaria que lleva adelante la Fundación Adoptar en la lucha contra la pornografía infantil, resultan sobresalientes unas características que muestran los buscadores de imágenes sexuales de niños, que queremos compartir.

En general, el motor que los alienta a vivir estas sensaciones visuales, tiene ineludiblemente, un matiz perverso, que los lleva a transitar, en no pocos casos, por estadios evolutivos, como los que vamos a describir. Se aclara, que poco a poco cambian de etapa y en la justa medida que van calmando sus necesidades y ansiando sensaciones más “fuertes”:

a.- Comienzan chequeando pornografía de adultos.

b.- Como alternativa, pueden alternar con pornografía adulta, con manifestaciones de violencia, perversión y servidumbre.

b.-En el afán de mayor placer transgresor, comienzan a chequear zoofilia, esto es pornografía con participación de humanos con animales.

c.- Comienzan a buscar imágenes sexuales de niños, niñas y adolescentes.

d.- Comienzan a realizar intentos de conexión por intermedio de chat con niños y niñas.

e.- Comienzan a intentar abordajes físicos con los niños y niñas, manipulándolos desde mentiras y explotando la inocencia y en especial sus deseos de objetos, que por algún motivo, los padres no les quieren comprar como teléfono celulares, juegos cibernéticos de última generación, etc.

Ahora, veremos una exposición imperdible de EmmaVirginia Créimer, al frente de la Dirección de Institutos de Investigación Criminal y ciencias Forenses de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires, que junto a su equipo de profesionales, investigan la terrible problemática de la expansión de la pedofilia en la red.

Hacen este trabajo a diario, desde el análisis de las computadoras de los sujetos con antecedentes sexuales. Leamos:

Escribió Julio César Ruiz

Emma Virginia Créimer: “El que consume pornografía infantil, va a buscar al niño de carne y hueso”

Emma Virginia Créimer

Emma Virginia Créimer

San Juan – Argentina – Emma Virginia Créimer, perito judicial, junto a su equipo de profesionales, investigan la terrible problemática de la expansión de la pedofilia en la red y dirigen sus miradas hacia las computadoras de los sujetos con antecedentes de delitos sexuales. En las jornadas de Medicina Legal y Psicología Jurídica, organizadas por el Ministerio Público Fiscal de la provincia, el Colegio de Magistrados local y su Escuela de Capacitación Judicial, la forense resaltó que el consumo de prostitución y pornografía tiene como objeto de deseo a niños muy pequeños y que esa tendencia es la punta del ovillo de la trata y tráfico de niños.

La perito expuso sobre un fenómeno que denomina “la pedofilización de la trata y tráfico de personas” y explicó que el consumo de pornografía ha rotado a los niños como víctimas. Advierte sobre aquellos que acumulan toneladas de imágenes.

El viejo y conocido dicho entre los investigadores forenses que destaca que “los cuerpos hablan”, en la actualidad puede adaptarse perfectamente al que señale “las computadoras hablan” debido al masivo uso que se hace de Internet y al almacenamiento de todo tipo de información que existe en la web y que queda registrado en las PC’s.

¿A qué se refiere con la pedofilización de la trata y el tráfico de personas?

A que la comercialización, la cosificación de personas, se está acercando a los estratos más vulnerables que son los niños. Son utilizados, en distintas partes del mundo (Argentina no está excluida de ser productora de pornografía, de trata y tráfico de niños) porque son mano de obra gratis. Los niños son reducidos a la esclavitud, son secuestrados, separados de su padre, a veces sus propios padres los venden con este objetivo, lamentablemente, en países sumamente pobres, y a partir de ahí son sometidos a tratos y vejámenes que superan la imaginación de cada uno de nosotros.

¿En qué se focaliza la dirección en la que trabaja?

Lo que estamos investigando son las computadoras. Es decir, nuestro pequeño aporte desde la ciencia y la técnica para la investigación de los delitos que son los llamados delitos conexos con la trata y tráfico de personas como podría ser la prostitución. Desde el laboratorio analizamos cuál es el perfil del individuo que consume pornografía e incluso analizamos cuáles están en riesgo y cuáles se encuentran al borde de “consumir”, por decirlo de alguna forma, a una criatura de carne y hueso.

¿Con qué se han topado en la investigación de esas computadoras?

Estamos encontrando imágenes aberrantes en las computadoras que estamos investigando, en aquellas que se les secuestra a los abusadores o las que se les secuestra a aquellos que Interpol denuncia como visitantes de páginas de pornografía infantil. De manera tal que a través de las investigaciones que hacemos en estas máquinas, a través de la psicoinformática, empezamos a descubrir que se ha rotado la edad, el consumo de pornografía de los adultos a los niños y que en definitiva esto no es más que la punta del ovillo de la trata y el tráfico de niños.

¿A qué edades se ha bajado este consumo de prostitución, tanto del que consume como la víctima?
Los consumidores de pornografía infantil que hemos encontrado no respetan sexo en el sentido de que hay tanto hombres como mujeres y no respetan edades. Tenemos consumidores desde adolescentes o adultos jóvenes hasta adultos mayores. Y respecto de los niños, hemos encontrado imágenes de bebés de dos o tres meses que han sido violados en cámara y que después han subido esas imágenes o las han vendido a distintos individuos que son, en definitiva, los que terminan comercializando para que alguien desde su hogar en el anonimato absoluto, consuma estos elementos tan espantosos.

Además del viejo sistema de prostitución, se le está sumando una nueva modalidad que incluye la grabación y la difusión de estas imágenes

Es una nueva forma de difusión de la prostitución con la terrible desventaja de que la globalización permite que cualquiera, desde cualquier punto del mundo, en un lugar en el cual nadie pueda registrarlo, revisarlo, controlarlo, pueda estar consumiendo pornografía infantil. Lo más importante de esto es que no solo ha pasado de los prostíbulos, ha salido de los prostíbulos y en definitiva ha permitido su difusión a través de Internet. ¿Qué significa esto? Que aquel que está consumiendo toneladas de pornografía, porque es parte de la práctica y costumbre de estos individuos, después seguramente va a buscar a la víctima de carne y hueso. La buscará en el prostíbulo o la buscará en otros espacios físicos, tratará de contactarla a través de la misma Internet, de seducirla, haciéndose pasar por un niño o no, utilizando tretas simples que para nosotros hasta serían inocentes como robarle la contraseña para después citarlos para devolvérsela y ahí abusar de ellos, o directamente la compra y venta de niños con fines de esclavitud y fines sexuales.

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