Roban un bebé al mejor estilo de hollywood

Otra modalidad para sustraer bebés en 13 provincias de la República Argentina

La pareja cuando decide robar un bebé, para utilizarlo en el de “hijo”, traslada a la parturienta a su provincia de origen o al hospital o clínica privada más cercano su domicilio.

A partir de allí, en tres actos, realizan una puesta en escena, que despertaría la envidia de cualquier director de cine de Hollywood.

Primer Acto

Habiendo sido “descubiertos” sobre la ilegalidad de la situación, el marido, en los pasillos del Hospital o Clínica Privada, llorando por cierto, pegándole puñetazos a la pared y tomándose los pelos, con su rostro desencajado y enrojecido, con un verdadero despliegue de histrionismo, se coloca frente a su esposa, y le “confiesa” a los gritos, que ese niño, que está a punto de nacer es su propio hijo, producto de un affaire furtivo, que por casualidad tuvo, cuando pasaba por Santiago del Estero mientras iba a trabajar.

En no más de 17 segundos el marido infiel es “perdonado” y los médicos, para ese momento sumamente “conmovidos” por lo que acaban de presenciar y para evitar mayores sufrimientos de la pareja que acaba de vivir semejante circunstancia y que los pone al borde de la separación, hacen en silencio el parto y resuelven la situación, haciendo el parto y entregando el niño a la pareja conmovida por tales hechos.

Segundo Acto

La “mujercita”, la panza o lo que queda de ella, nunca fue ingresada a la clínica o al hospital, ni como paciente ni como mujer embarazada ni como nadie. Sale por la puerta trasera, contando unos pesitos, que le servirán, quizá, para darle de comer dos meses a sus tres hijos más grandes que la esperan en casa.

Regresa a su pueblo en la camioneta que la espera en la esquina, de propiedad de los que muy pronto volverán a trasladar otras mujercitas en similar estado.

Tercer Acto y culminación de la obra

La pareja, por supuesto siempre acongojada por la traición que acaban de superar, en medio de susurros, caricias, promesas y llenos de amor, llevan al “hijo conseguido” hasta el auto en el estacionamiento.

En el mismo auto, con todo amor, lo cambian con ropa nueva, chupete, mamadera, escarpines, un babero blanco, una toalla con patitos y un pequeño moisés sin pintar, que…ohhh… por casualidad acaban de encontrar en el baúl.

Esta editorial es el premio a la mejor actuación del año 2009

El matrimonio cuyos datos figuran en la pantalla de cine, cabeza de esta portada, dos años después contactaron a la misma joven y la trasladaron nuevamente al sanatorio de Morteros, Córdoba. Gracias a los amigos médicos que los esperaban no tuvieron necesidad de hacer la misma pantomima. Salieron directamente con la nena recién nacida como hija y la inscribieron como propia en el Registro Civil de su ciudad. Lamentablemente la pequeña, murió a los pocos días.

Editorial de cómo fue y quién fue el juez que le hizo los trámites para la sustracción de la “hermanita” que habían conseguido.

Escribió Julio César Ruiz

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