Cotización actual de un bebé en una de las fábricas Argentinas

Mientras los funcionarios argentinos continúan criticando el reciente informe del Departamento de Estados Unidos sobre el Tráfico Humano, denostando y tratando de mentirosas a las organizaciones de derechos humanos que luchan contra este flagelo, la realidad, de modo desesperante supera la ficción.

La Trata de Bebés, que quieren ocultar, de la que nadie habla y pocos quieren conocer, está centrada en la circulación por transacciones económicas de pequeños, en 3 fábricas instaladas en la República Argentina. Desaparecen, de un modo sistemático, un promedio de 12 bebés por semana nada más que de Añatuya, una de ellas.

La ley de adopciones tan sólo funciona en un 25%, por ello, a los Juzgados cada vez llegan menos bebés para ser dados en adopción.

Bajo la figura de la adopción directa, algunos jueces, no sólo colaboran con este delito aberrante, sino que birlan los derechos de los derechos del niño y el de los inscriptos en los Registros de Aspirantes, que impone la ley de adopciones.

La Adopción, es un instituto jurídico que paulatinamente, está siendo reemplazado por la apropiación violenta de bebés a mujeres en estado de vulnerabilidad.

La consigna eclesiástica de que: “los niños se crian mejor con familias pudientes” es la presión inhumana que sufren para entregar a sus hijos recién nacidos, a cambio de la Salvación, a no ser “marcadas por la culpa de ser madres pobres” o el estado pecaminoso, en que caerían si se oponen a una “mejor calidad de vida de sus hijos recién paridos”.

La minoría de los bebés son vendidos para cumplir roles de hijos dentro y fuera del país, pero la mayoría, son incorporados a industrias más tentadoras económicamente como la pornografía y la prostitución infantil, el desguace de órganos, la mendicidad, la utilización de sus cuerpos para rituales satánicos, el traslado de drogas en sus genitales y destinos desgraciados e inconfesables.

Ricardo Buiak cura de Misiones, Argentin

Ricardo Buiak, un ex cura de la provincia de Misiones expresa: “Venden niños por entre 20 y 40 mil pesos”

Ricardo Buiak dejó los hábitos por un tiempo para ocupar una banca como diputado provincial en Misiones. En diálogo con MDZ denunció la existencia de mafias que venden niños en su provincia y consideró que factores culturales facilitan que las madres se presten a este delito. El caso de una madre que puso a la venta a su bebé.

El ejercicio que se propone es: sintámonos, por un minuto, parte de un caso, de una noticia. Supongamos que al nacer nos venden a otra familia. Nuestro apellido no nos representa: no fuimos adoptados, sino comprados, como mercadería. Los gestos son parecidos ya que se aprenden con el tiempo, pero los rostros que nos rodean no se parecen al nuestro; nuestros padres y hermanos de sangre viven, en alguna parte que desconocemos.

Esta situación es la que un cura de la provincia de Misiones que ocupa una banca como diputado, denunció que se repite desde hace años, con una escasa capacidad del Estado de hacerle frente y con el respaldo de una cultura popular que no termina de comprender la dimensión del daño que se está infringiendo a la humanidad.

Ricardo Buiak ya no usa sotanas porque después de mucho discutir con el obispo de Misiones, logró obtener una licencia en su misión pastoral dentro de la Iglesia Católica para ejercer la política. Ocupa una banca “independiente de partidos políticos” en la Legislatura misionera. El último bautizo que realizó fue el de su bloque unipersonal, al que denominó “Pueblo libre y solidario”.

Buiak dialogó con MDZ en momentos en que acababa de participar de una sesión de las comisiones legislativas de su provincia en la que propuso medidas concretas para enfrentar a “las mafías del tráfico de seres humanos”. Denunció que Misiones es el punto neurálgico de este tipo de delitos en la Argentina y que recibe a compradores de niños de Estados Unidos, Europa, de todo el país y de países vecinos. Y dio detalles: “un chico, de acuerdo a sus características, es vendido por entre 20 y 40 mil pesos”.

– ¿Qué pasa con el tráfico de niños en su provincia?

– Misiones es el punto principal de compra y venta de niños en el país, aunque también hay otras provincias. Yo diría que Oberá, 2 de Mayo, San Pedro, San Vicente y Jardín de América son los lugares en los que este perverso negocio funciona más prolíficamente.

– ¿Este tráfico tiene que ver con la “necesidad” de padres por tener un hijo o por otro motivos?

– Acá se buscan también muchos adolescentes para que ejerzan la prostitución.

– ¿Es un problema nuevo en Misiones?

– Esto ya es viejo y hasta hace un tiempo, un juez fue destituído por este mismo tema, cuando se le descubrió que había avalado con su firma más de 100 adopciones y eso sonó medio raro, ya que la ley prioriza a la gente de Misiones para las adopciones de niños y hay más de 50 personas en lista de espera y unos 800 provenientes de todo el país.

– ¿Se trata de la acción de mafias o hay cierto consenso social que permite que esto siga pasando?

– Es muy complejo y largo de charlar el tema, pero es bueno que nos empecemos a hacer estas preguntas. Sucede que hay algunas familias que están apurados por tener su bebé y no pueden, pero como tienen medios económicos, los consiguen en forma rápida. Y muchas veces las madres lo concienten, por razones de pobreza económica y cultural. Pero son las abuelas las que están empezando a cobrar protagonismo.

– Cuéntenos cómo es esto último por favor…

– Por ejemplo, la semana pasada dos abuelas denunciaron ante una comisaría que sus nueras habían vendido a los bebes. Las madres de los chiquitos estaban de acuerdo, pero las suegras no y lo llevaron a la policía. Allí intervino la policía y actuó bien, pero no podemos esperar estos casos puntuales, porque mientras uno se denuncia, decenas no pueden ser descubiertos.

– ¿Cuál es el nivel de actuación del Estado con todas sus herramientas en el afrontamiento de este tipo de casos?

– Y…tenemos un gran problema en estos momentos y es lo que acabo de plantear en la comisión de la Cámara y es que la ley no permite que terceros que sepan del tema hagan la denuncia. Es increíble que sólo puedan denunciar los afectados y, si es así, los niños no lo harán y sus madres o padres, si son parte del comercio, tampoco. Si leemos la ley al revés, está permitiendo que se venda a los hijos sin que nadie se meta para evitarlo.

– ¿Por qué motivo surge hoy este tema nuevamente en el país, como lo hace esporádicamente?

– Es que hubo un caso reciente que acabo de denunciar y que involucró a una chica que tenía a su bebé para venderlo y los compradores le habían pagado la habitación del mismo hotel en donde estaba alojada. Cuando intervino la justicia, hasta la propia dueña del hotel lo negó, pero era real. Hoy creo que la chica y los demás están allá adentro todavía, detenida, con prohibición de salir hasta que se aclare la situación… Y el fin de semana, se detectó un caso en Paso de los Libres en donde una pareja uruguaya se llevaba un bebé sin ningún papel que acreditara su identidad ni datos del nacimiento, nada.

– ¿Cuánto pagan por los niños?

– Los números varias, se paga entre 20 y 40 mil pesos. Hace un ratito lo charlaba en la comisión de Diputados y contaba que esto pasa según si los chicos son rubios y de ojos claros o no, y en esta provincia hay muchos así por la corriente migratoria. Se paga de acuerdo a la calidad del “producto”. Es terrible, pero hay que decirlo así para que cobremos dimensión de la gravedad del problema.

-Los tratan como una mercadería de supermercado…

– Son tratados como una mercancía.

– ¿Quiénes integran esas mafias?

– Esto viene de años, existe desde que tengo uso de razón y eso que ya tengo cincuenta y tantos años. Pero ahora es muy macabra la forma en que se hace. La cuestión se agrava cuando se suprime la identidad, no se respeta el código nacional de adopción. Ahora hay muchos picaros que encontraron un buen negocio en esto.

– ¿Se imagina formas de enfrentar o solucionar esta situación?

– Es que es un problema de mafias, pero también un asunto arraigado culturalmente. A mucha gente le parece mejor que los chicos sean ayudados por otra familia y no que crezcan en la pobreza, desnutridos y luego estén en la calle pidiendo.. Yo creo que las soluciones son de fondo: hay que trabajar sobre la pobreza y no solo sobre los pobres. Yo creo que si bien hay factores sociales que apañan esto, no puede justificarse el negocio clandestino y la supresión de identidad.

Yo acabo de tratar en comisión el proyecto que busca crear la figura de un tribunal penal de niños, niñas y adolescentes. La idea es dotarlo de una fuerza policial especializada en seguimiento de este tipo de casos, de tráfico de seres humanos, con infiltración, detección y todo lo que haya que hacer. Ahora no existe nada. La policía y los jueces dicen que la situación los ha superado.

– ¿Hay nuevas formas de actuar en materia de robos o ventas de bebés? ¿De qué forma se puede estar alertas?

– Y, hay veces en que la chica está teniendo familia en una pieza y en la pieza de al lado están esperando los compradores. Lo sacan como propio, con documento de identidad y todo. Otro modus operandi surgió hace poco y consta de personas que andan buscando panzas en Misiones, las detectan y se las llevan ya sea a Buenos Aires, Rosario o Córdoba y las alojan en sus propias casas hasta que dan a luz. Se quedan con los chicos como si fueran propios, con muchas complicidades en el medio y luego, devuelven a la madre sola a Misiones.

– ¿Cómo sabe usted tanto del tema y parece que quienes debieran saberlo, no lo saben?

– Han sido años de sacerdocio en donde a uno le confían tantas grandezas y tantas miserias de la vida de tantas personas… Por alguna razón, ahora se ve mujeres embarazadas entrando a estudios de abogados como si fueran clínicas de ginecología. Van las mismas madres a ofrecer a sus chicos. Es realmente muy triste.

– ¿Han pedido ayuda en instancias nacionales o internacionales para enfrentar la situación?

– Con la ley nacional 26.061 queremos hacer algo más adaptado a Misiones. Queremos que se interesen los legisladores nacionales de mi provincia en que le agreguen a la ley algunos artículos más para que contemplen en forma más concreta la situación de Misiones. Acá estamos a la cabeza en este tipo de cosas.

– ¿Cuándo pudo actuar con mayor fuerza a favor de esta causa? ¿Cómo cura o cómo legislador provincial?

– Fue dura la lucha con mi obispo… pero me otorgó el uso de licencia. Ahora estoy mucho más entretenido, quiero decir, ya no me circunscribo al trabajo en sólo una capilla o una parroquia, sino que mi ámbito es la provincia entera, con equipos de alfabetización, promoción humana, ayuda concreta en colonias y en barrios marginales.

El trabajo no es fácil; es muy duro, pero reconfortante porque se pueden hacer cosas útiles para los que más necesitan.

Escribió y transcribió la información Julio César Ruiz

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