Seguridad para el bebé desde el parto

Desde el parto hasta su pre escolar

Derechos convergentes, del padre, de la madre y del bebé por nacer al momento del parto

Normas de seguridad para cuando el bebé comienza a socializarse

Introducción

Las observaciones, comentarios y consejos que se señalan a continuación, fueron extraídos de experiencias de campo de  Fundación Adoptar, en su lucha contra la pornografía y la prostitución infantil, el abuso sexual de pequeños y el tráfico y la trata de bebés, que lleva a cabo en las zonas infectadas por mafias que lucran con la compra venta de bebés y niños pequeños.

Todas las medidas de seguridad, aunque parezcan extremas, son importantes que las sepa, ya que la ignorancia, puede poner en peligro la salud y la vida de quienes tanto amamos, en la mayoría de los casos, creándonos situaciones desesperantes, por lo que las exageración de las prevenciones, entendemos, resultan sumamente válidas.

Caso del momento del nacimiento

Cuando la parturienta ingresa a cualquier nosocomio, privado o público, es conveniente, que tenga las siguientes precauciones:

La mayoría de los partos son programados y por cesárea, notándose desde hace un tiempo que incluso, esta forma de nacimiento, es el más elegido por las madres, en oposición al llamado parto normal, o por vía baja. Esta cirugía hace, que la madre, al menos por 48 horas esté en estado de vulnerabilidad para proteger ella sola, todo el entorno que rodea al niño. Es allí donde el padre, la pareja o cualquier ser querido que se haya comprometido, lea también estas consideraciones.

Un derecho personalísimo del padre, de la mamá y del bebé por nacer

En los dos tipos de partos, se debe pensar, que es un derecho del padre ingresar a la sala donde se producirá el nacimiento de su hijo, por los motivos que iremos desarrollando.

En oposición a ello, aunque han proliferado los cursos de prepartos, muy recomendables por cierto, donde se aconseja e incluso prepara conjuntamente a la pareja para colaborar con el nacimiento, resulta prácticamente un ritual de parte de los médicos a la hora de anteponer pretextos para negar este derecho. Generalmente justificando la negativa en razones de sanidad, higiene o seguridad.

Lo que el cuerpo médico, podría resolver con una cuantas explicaciones básicas de colaboración del acompañante dentro de la sala o quirófano, como no interferir, obedecer normas de higiene y seguridad, no ocupar los espacios de tránsito para el tráfico de equipos y profesionales, se transforman en un NO rotundo.

Como existe en nosotros, un estado emocional especial, una ansiedad para ayudar y no interferir, sumisamente y por ignorancia, no reclamamos un derecho esencial, interpretando erróneamente que podríamos afectar a la madre o al bebé en algún sentido, por lo que nos retiramos sin oponer ningún tipo de resistencia.

El nacimiento de un hijo, es un acto privadísimo, irrepetible e importantísimo para el papá y el bebé, que se sustancia porqué no, también en las normas internacionales del Interés Superior inscripto en la Convención Internacional de los Derechos.

Una solución es acordar, desde el comienzo de la relación con el obstetra la condición de interés y el derecho, de asistir al parto, al momento del nacimiento. Si hubiera negativa, simplemente cambiar de médico, soluciona este impedimento.

Algunos profesionales que no quieren hacerse cargo de la negativa, derraman la responsabilidad hacia las autoridades del sanatorio o dirección del hospital, por lo que la cuestión, se puede resolver, pidiendo con anticipación una audiencia con el administrador del nosocomio que se haya elegido para tan importante acontecimiento.

La intervención del padre en el parto, debe ser vista, no tan sólo como un derecho inalienable de él y del propio bebé, sino también como un acompañamiento necesario y garante para los propios profesionales actuantes (médicos, parteras, instrumentistas, anestesista y auxiliares)

De más está decir, que este derecho cede, ante tratamientos especiales que la madre debiera recibir en ese acto, o cuestiones atinentes a la salud del bebé o de ambos, en donde el papá probablemente pueda ayudar de modo más dinámico desde afuera.

Una pequeña advertencia para antes del parto

Antes de iniciarse la operación de parto o la colocación de cualquier método de anestesia, hable con su médico y pídale, que inmediatamente nazca, lo coloque por un momento en su pecho, antes de llevarlo para realizarle la primera asistencia e higiene. Ese es el tiempo necesario para que él lleve su olor y reconocimiento, en un mundo nuevo, ruidoso, desconcertante, que hace segundos, él comienza a reconocer.

El momento más crítico

Dura aproximadamente 20 minutos y comienza cuando la enfermera lo lleva a una habitación aledaña para iniciarle una asistencia de rutina como es higienizarlo, desobstruirle las vías respiratorias, pesarlo, medirle el percentil, realizarle una observación general y algunos reflejos.

Se debe concentrar la atención en ese momento y poder acompañar al bebé, siempre y cuando, el pequeño no precise prácticas médicas especiales de emergencia, en donde verdaderamente, la presencia del papá, puede ser inconveniente o un significar un obstáculo.

En ese momento que llamamos crítico, la mamá, que acaba de vivir la experiencia de un parto, debe descansar y relajarse, para ello, es importantísimo que sepa, que el papá está haciéndose cargo del bebé. Muchas veces no se presume que puedan sustraérselo, sino que por la multiplicidad de partos, puedan ser cambiados con la criatura de otra pareja.

Tanto las pulseras que se les colocan a las madres con el mismo número de serie que la del bebé, como los sistemas de toma de huellas plantares, no son métodos seguros, o al menos, en casos de sustracción de niños, no han sido ni un obstáculo ni una preocupación para este tipo de delincuentes, por lo que lo ideal es que el papá, en ese momento, sea el que haga el trabajo.

En esta etapa, es importante la atención del padre o del pariente elegido, hasta recibir al niño, comúnmente de manos del pediatra o la enfermera que ayudó en la asistencia.

Luego del nacimiento

En la sala o en la habitación

Luego del nacimiento es importante controlar las personas que ingresan a la sala o a la habitación y se acercan al bebé. Nunca, jamás, dejar sola a la mamá con el pequeño, mientras dure la estadía de internación.

Si el bebé ha nacido satisfactoriamente, nadie debe sacarlo de la habitación sin previo consentimiento de su madre y para el caso que precise algún tipo de tratamiento, o ser trasladado a cualquier lugar, es el médico tratante, el que debe advertir, personalmente sobre a dónde y a qué será sometido el bebé. Nunca entregue al bebé a nadie que su intuición y sentido común se lo hagan saber.

Para la sustracción, este momento es emocional y físicamente apto para ingresar y solicitárselo con algún pretexto a la madre, aprovechando los efectos post operatorios, o la confusión de la situación en general.

Si el bebé ha nacido saludablemente, no le hace falta ningún tipo de traslado ni al laboratorio, ni a neonatología ni a ningún lugar y si eso ocurriera observe con atención quién se lo está solicitando. Ante cualquier duda, abrácelo y niéguelo. El aspecto, el uniforme, nada debe confundirla. En casos específicos, incluso el olor a cigarrillo de la requirente, ha sido suficiente advertencia para negarse a entregarlo.

Regresando a casa

Cuando el niño es retirado del nosocomio, su papá o el pariente indicado debe solicitar al médico le expida el certificado de nacido vivo, documento público, mediante el cual, el médico, que recibió al niño certifica que es de ustedes, constancia sin la cual no podrá inscribirlo en el Registro Civil del domicilio del bebé.

Si estuvieran casados, puede concurrir tan sólo uno de los padres a efectuar la inscripción en el Registro Civil más cercano al domicilio del bebé. Tan sólo hará falta llevar el original del documento de identidad del ausente. En cambio, si no son casados, deberán asistir los dos para que el funcionario pueda registrarlo a nombre de ambos.

Recuerde, cuando la mamá se traslada con el bebé a su domicilio, nunca debe hacerlo sola.

Cuando el bebé comienza a tener salidas

sociales o de recreación

Luego del tiempo determinado por el pediatra para que el bebé comience a acompañar a sus padres, debemos pensar algunas cuestiones importantes:

No permitir que ningún extraño tome en brazos al bebé por la calle. No importa si elogia al niño y pide permiso para acariciarlo. Decir “no” siempre es lo mejor para alejar el peligro cierto, potencial o remoto.

Comportamiento en la vía pública

Cuando circule con el bebé dentro del cochecito, siempre hágalo con él cinturón de seguridad convenientemente ajustado. Previene dos cuestiones importantes que pueden ocurrir: traumatismos, por si vuelca por algún motivo o que un desconocido pueda arrebatarlo.

Cuando paseamos al bebé, siempre es conveniente orientarlo  al cochecito de tal manera que tengamos una visión permanente de su cuerpito. No es aconsejable circular con el bebé mirando hacia delante (dándonos la espalda) porque impide una visión plena y facilita el accionar de ladrones.

En todos los lugares públicos, como plazas, parques, bares, restaurants, no pierda la atención, no se relaje. De modo continuo debe observar, siempre de cerca y a su alcance sobre dónde está el niño y jamás perderlo de vista. Un segundo, puede ser fatal. Lo primordial es no distraerse charlando con otras personas, mientras la criatura juega, principalmente si el niño es travieso o suele demostrar conductas de autonomía y determinación en sus traslados.

Sabemos que este próximo consejo, puede generar alguna incomodidad, pero recordemos, que lo que resaltamos en esta oportunidad es la seguridad del niño, por lo que cuando una persona desconocida, intente acariciar al bebe, es necesario que usted con firmeza responda: “Gracias por sus buenas intenciones, pero no quiero que se acerque al niño/a”,  o una frase similar.

No deje al bebé cerca de la puerta de entrada de su casa, cuando esté abierta, ni por supuesto solo en la vereda, por más que esté con niños más grandes.

Siempre deberá estar atento en la relación de distancia y su capacidad de llegar hasta el bebé o niño rápidamente. Cuando este aspecto se pasa por alto, puede que el niño no pueda ser contenido por usted, ante cualquier sorpresa que le ocurra como potencial agresión de animales, sustracciones o caídas.

El lugar que lo higieniza y cambia al bebé

Bajo ningún punto de vista, aunque sea un bebé recién nacido lo cambie en lugares públicos, como mesas, playas, plazas, etc. La tecnología permite filmaciones y acercamientos muy importantes, material con el cual, luego de ser editados, pueden ser vendidos a pederastas que con esas imágenes se excitan.

Siempre realice esta operación, incluso la colocación de las mallitas de baños, por más pequeñitos que sean en lugares aislados y fuera de la vista de las personas.

Sistema de seguridad opcional para situaciones imprevistas

Cuando salga de paseo, siempre lleve un bolso con pañales y algunas ropitas de recambio, para el bebé y para el papá…suelen ocurrir accidentes inevitables, o situaciones como éstas para las cuales, siempre es importante, estar preparados.

Nuestra despedida y agradecimiento

Cuando hemos revisado, cada uno de estos consejos, hemos dudado sobre si decirlos o no, por temor a crear pánico o asustar a las personas.

No somos médicos, psicólogos ni profesionales de ninguna de estas materias. Solo somos voluntarios de la Fundación Adoptar, hemos aprendido a reconocer situaciones desgraciadas, ocurridas exclusivamente por descuido.

También ha pesado sobre nosotros, la responsabilidad como organización de la sociedad civil, que a nuestro criterio y fundamentalmente, es prevenir.

Por ello y por mucho más, hemos confeccionado este documento con honradez y tratando de reflejar, con un lenguaje claro, directo, la mejor forma de protegernos de la realidad.

Cualquier duda, estamos para servirlos, tan sólo debe hacernos un mail a: fundacion@adoptar.org.ar incluso si desea hacer algún aporte de más medidas de seguridad que usted conozca y desee compartir.

Muchas gracias y a disfrutar este parto y este nuevo miembro de la familia, con todo el beneficio y el poder, que nos da el saber.

Escribió Julio César Ruiz

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