La sombra del robo de recién nacidos

 

Fuente: Diario La Nación (Argentina) artículo original

Lunes 25 de febrero de 2008 | Publicado en edición impresa

A principios de 2006, se reveló lo que desde hacía tiempo se venía gestando en Añatuya, ciudad situada a 200 kilómetros de la capital de Santiago del Estero: las denuncias por tráfico de bebes llovieron ante la Justicia y comenzaron a investigarse centenares de casos.

“La señora que me ayudó a que naciera me dijo que lo vendiera, que ella tenía una pareja que era de la ciudad, que me lo iban criar bien. Me iban a dar 150 pesos y dos vaqueros”, había relatado a LA NACION Andrea, una de las tantas jóvenes que son persuadidas para vender a sus hijos pero, llegado el momento, se arrepienten.

Viviana, una joven de Loreto, a 60 kilómetros de Santiago, había contado a este diario: “Mi nene tenía dos meses y yo estaba pidiendo en la puerta de la iglesia. Un día vinieron dos personas que no eran de acá y me ofrecieron 100 pesos por mi bebe”.

No sólo las adopciones ilegales (apropiaciones)* tienen lugar en la zona: el robo de bebes (también apropiaciones)* es otro de los negocios oscuros.

Las investigaciones de la justicia de Añatuya apuntaron a una red de venta de niños que involucraba a funcionarios públicos, parteros y médicos del hospital zonal, donde se realizaban 104 partos por mes. Pero en la Oficina de Derechos del Niño y el Adolescente comentaron en aquella oportunidad que investigar estos casos es muy difícil, ya que quienes los denuncian luego desaparecen o niegan conocer el hecho.

El cálculo de la supuesta sustracción y comercialización de recién nacidos ascendía, según las estimaciones de la Fundación Adoptar de Tucumán, a una cifra escalofriante: 10.000 bebes nacidos en el pueblo habrían sido vendidos durante los últimos 10 años.

Hace cinco años, un diputado juarista, Humberto Floridia, denunció la existencia de una organización montada para la venta de niños. Pero su denuncia no llegó a buen puerto, y las personas nombradas, que habían jurado querellarlo, nunca lo hicieron.

El procedimiento, según relataron sus protagonistas ante la Justicia, consistía en ofrecer a las madres pobres y, en su mayoría, solteras alimentos, ropa y materiales de construcción a cambio de sus hijos. Sus embarazos, según declaraban, eran acompañados por personas que las llevaban a controles en los que se les diagnosticaban enfermedades o problemas imprevistos con sus bebes. Finalmente, en el hospital, les entregaban un cuerpo sin vida y se les aconsejaba enterrarlos allí.

*Aclaraciones de la Fundación Adoptar

1) No existen las llamadas “adopciones ilegales”, por cuanto, adopción es un término que representa un instituto jurídico, regulado en nuestro país por la Ldey 24.779. Todos los casos que menciona el presente artículo periodístico se refieren a apropiaciones, es un delito tipificado en el Código Penal.

2) A pesar de las pruebas contundentes presentadas por Fundación Adoptar, el ex Juez del Crimen de Santiago del Estero, Dr. Alvaro Mansilla sobreseyó a todos los señalados, incluido Monseñor Antonio Baseotto y su hermana, María Rita, sin siquiera haber sido llamados a declarar.

3) Continúan a la fecha, desapareciendo un promedio de 12 bebés por semana, nada más que del sureste de Santiago del Estero (Añatuya), una de las tres fábricas de recién nacidos que existen en Argentina, sin que ningún funcionario se haya hecho cargo a pesar de estar todos notificados.

Escribió Julio César Ruiz

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