No son penes…sólo un dedo y un chupetín

La de la izquierda es Estela de Carlotto, titular del Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención internacional de los Derechos del Niño, cuya misión es la de auditar el cumplimiento de la Ley 26.061 de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de Argentina.

El que está a su lado se llama Raúl Eugenio Zaffaroni, actualmente es Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para el periodo 2016-2022 y comenzó sus funciones el 1° de enero de 2016.

Es un reconocido pederasta, no tan sólo por la perversión de sus sentencias, sino también como proxeneta por la explotación de mujeres en departamentos de su propiedad en Buenos Aires.

Es autor de varios libros en los cuáles aún quedan facultades de Derecho en Argentina que forman alumnos en el derecho penal y discípulos en ejercicio profesional, ya como abogados o como defensores, fiscales y jueces.

Es autor de sentencias judiciales aberrantes y pro pederastas como la que dictó, siendo juez por la cual quedó libre el agresor de una niña de 8 años que denunciaba haber sido abusada sexualmente por un cuidacohes. Caso Tiraboschi. (dictamen completo)

En aquella sentencia Zaffaroni dictaminó que no fue abuso sexual por lo siguiente:

  • Aunque fue el pene, la nena no fue violentada porque creía que era el dedo, tal cual se lo dijo el agresor.  
  • Que fue por la boca razón por la cual no estaba en juego su virginidad, que sí resulta ser una cuestión con profundo valor social.
  • Que el agresor mostró compasión, cuando en la segunda vez la nena lloró implorándole que no lo haga de nuevo.
  • Que el agresor no tiene antecedentes.
  • Que se reduce la multa, por cuanto el agresor es un humilde trabajador.
  • Que es padre de familia y que una pena lo dejaría sin trabajo y tiene un hijo que mantener.

El delincuente de la derecha de la imagen principal se llama Jorge Adrián Cardozo, vive en El Jagüel, provincia de Buenos Aires. Admitió que abusó sexualmente de su hija de 6 años, pero la justicia lo dejó en libertad considerando que se trató tan sólo de un desahogo sexual.

El propio pederasta, declara que le decía a la nena que su pene era un chupetín. Relató cómo la tocaba a la hora de irse a dormir juntos y también admitió que la hacía ver películas con personas manteniendo relaciones sexuales.

La Policía se acercó hasta el domicilio del acusado y lo llevó detenido, sin embargo la Justicia decidió dejarlo en libertad porque en el ataque no hubo penetración.

El acusado se encuentra en su domicilio con una custodia policial que lo cuida para que los vecinos no lo linchen. En tanto, la pequeña está con “su madre”, que está haciendo lo posible para que el abusador reciba la pena que se merece.

En estos audios del propio pederasta está la prueba crucial, que los magistrados dejaron de lado para dejarlo suelto, como si fuera cualquier hombre probo de esta Comunidad.

Estos dos son lo cómplices de las vulneraciones permanentes de los Derechos Humanos en Argentina. Lo único que nos dieron en 40 años es egolatría, mentiras, subvenciones multimillonarias, nunca rendidas, privilegios, cargos y por supuesto la oportunidad de que se propague la pederastia a nivel latinoamericano, con este energúmeno como Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Tenemos que decidir si ésto es lo que elegimos como República.

Cuando tengamos la respuesta obtendremos, no tan sólo la posibilidad de tomar una decisión, sino la determinación de quiénes son los verdaderos culpables de esta desgracia humana, que a mi entender, nunca tuvimos el deber de soportar.

Escribió Julio César Ruiz

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