Entrevista al presidente de Fundación Adoptar, un héroe imposible de estos tiempos modernos
Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today
Quienes me conocen saben que no suelo adular a nadie, o mejor dicho lo hago con muy pocas personas. Porque realmente son pocos los que se destacan en este mundo. Gente que logra hacer la diferencia, que por un momento no todo sea tan negativo.
Tuve la suerte de conocer a uno de esos héroes. Se llama Julio César Ruiz y lidera la Fundación Adoptar, que se ha caracterizado por denunciar lo que nadie denuncia, desde hace más de dos décadas. Corrupción política, tráfico de bebés, etc.
Conozco a Julio César hace casi 20 años y nos hemos convertido en grandes amigos, a pesar de la distancia. Porque él vive en Tucumán, y yo voy poco a Tucumán.
Se me ocurrió entrevistarlo, porque… ¿cómo es que nos conocemos hace tanto y jamás le hice una entrevista? ¿Siendo un tipo tan importante para este mundo?
Recuerdo charlas, sí, pero no entrevistas puntuales. Conversaciones que quedaron entre nosotros dos. Como cuando me relató que, luego de enterarse en el año 1974 que fue apropiado al momento de nacer, inició la búsqueda de sus orígenes biológicos en 8 provincias argentinas, llegando a descubrir sus padres biológicos, a tan sólo 12 cuadras de la casa, desde donde todos los días, durante 25 años partía con la esperanza de encontrarse con ese sueño. Llegó tarde, ambos hacía varios años que habían muerto.
También me contó que trabajó durante 4 años en la Sala Cuna de Tucumán como voluntario. Los primero 2 interpretando por qué había tantos bebés en ese lugar, quién y por qué los abandonaban y quiénes generaban las lamentables condiciones físicas con las que llegaban a pesar de ser tan pequeños. Los restantes, implementando una terapia de perros que inventó para lograr un intercambio de los pequeños con estos animales para palear el abandono, la soledad y el marasmo.
En mayo del 2000 creó la Fundación Adoptar, una organización que tenía la pretensión de colaborar en la unión más rápida de los niños internos, con los que aspiraban a ser papás. Su petición cayó por tierra rápidamente, el hermetismo del Poder Judicial de Tucumán en la temática, le advirtió que iba a ser difícil ese cometido y que el desafío debía construirlo desde otro lado.
Pocos saben que fue quien, en el año 2002 logró llevar a la provincia de Tucumán el “102”, el Teléfono del Niño, una línea que le permitió descubrir un mundo de niños, que hasta ese momento ni siquiera había imaginado.
Por eso, y por mucho más, decidí hacerle una entrevista a mi amigo Julio, con la pérdida total de mi objetividad periodística. Sepan ustedes disculparme.
-Julio, ¿en la actualidad a qué se dedica la Fundación Adoptar?
-Asesoramos sobre temas relacionadas con la adopción, con la búsqueda de orígenes biológicos y sobre casos de abuso sexual infantil. Luchamos contra la prostitución y la pornografía infantil detectando rostros de agresores por Internet, a quienes denunciamos ante fuerzas de seguridad internacional. Desde el año 2003 llevamos adelante denuncias penales y públicas sobre la trata de recién nacidos en Argentina.
-¿Cuentan con la colaboración de subsidios o algún tipo de ayuda económica?
-No. Hemos decidido no pedirlas ni aceptarlas. La corrupción que se manifiesta en todos los ámbitos del Estado podría condicionar la libertad que precisamos en el desarrollo de nuestras misiones.
-¿Cómo se mantienen?
-Con una fórmula interesante sumamente exitosa. Colocamos un poco de técnica jurídica, mucho sentido común, unas gotas de fortaleza, una pizca de valentía y bastante necesidad de que nuestros hijos vivan en un mundo mejor. Cuando logramos esto, la colocamos al calor del corazón a fuego lento, luego la batimos y una vez que logra el frío necesario la incorporamos a la voluntad de 7 personas que nos acompañan y que siempre están a participar de esta locura.
-¿Pero quién paga los gastos?
-Juntos, como podemos. Cuando necesitamos viajar por alguna gestión particular, siempre conseguimos alguna donación de un pasaje y la donación de días en algún hotel del lugar donde necesitamos ir. Si es cerca hacemos dedo.
-¿Qué es el 102: el Teléfono del Niño?
-El 102 – El Teléfono del Niño es una línea telefónica gratuita, de fácil memorización, accesible desde cualquier teléfono, incluido celulares a la cual puede acceder cuando lo desee, cualquier persona de 0 a 18 años de edad para ser atendido por asesores telefónicos capacitados.
La filosofía que nos ha inspirado este servicio es que la escucha activa y masiva de niños es un acto humanitario completo, único e irrepetible y que los adultos debemos propiciar para que estén al alcance de los más pequeños, para que puedan expresar con absoluta libertad cómo es que les va, qué sienten, qué los hace sufrir, qué necesitan para sonreír. Si no hacemos esto, los demás derechos del niño, que forman parte del Artículo 75 de la Constitución Nacional son simple grandilocuencia y nada más.
-¿Qué te dejó como experiencia personal la tutela, durante 4 años de este servicio en Tucumán?
–Traerlo a una provincia como Tucumán donde el territorio le pertenece políticamente a la familia Alperovich fue nuestro primer logro. El segundo fruto fueron las más de 1.400.000 llamadas recibidas en 4 años, en el 90% hecha por los mismos niños, niñas y adolescentes.
El tercero, el que reafirmó nuestro acierto, fue la quita salvaje que sufrimos del servicio en el año 2006 por parte de José Alperovich y su esposa Beatriz Rojkés, lo que claramente nos indicaba el fastidio que les provocaba a esta familia que los niños tengan la libertad de hablar.
Para hacer todo esto nos preparamos con Fundación ANAR de España quien nos capacitó en la escucha activa de niños y la resolución de conflictos por vía telefónica, lo que nos dejó el concepto de que es posible abrazar a cualquier ser humano a la distancia, sin que nadie nos separe, tan sólo a través de un cable telefónico.
-¿Hubo algún motivo específico para que el gobierno de Tucumán tomara esa determinación?
-No uno sino varios. Si el Teléfono del Niño fue inédito como servicio de escucha, las denuncias que aportaban los pequeños y que comenzábamos a presentarlas ante el Poder Judicial y la población también lo eran.
Esto incomodó de tal manera a la familia Alperovich que creyó que “matar al cartero” era suficiente cuando en realidad, la Comunidad para ese entonces ya había advertido que eran vulnerables, que se los podía denunciar y que en realidad no eran tan poderosos como se creían.
-¿Podrías relacionar el quite del Teléfono del Niño durante el año 2006 con algún hecho puntual que importunó al poder?
–El caso Lebbos marcó un año muy difícil para la familia Alperovich, en donde incluso sus hijos estaban o están señalados judicial y socialmente, como presuntos partícipes de la desaparición y muerte de Paulina.
En este sentido ellos sabían que El Teléfono del Niño recibía llamados telefónicos denunciando a los presuntos autores del crimen y esto los sacó de quicio.
A ello se sumó que ese mismo año Fundación Adoptar presentó un proyecto para la creación de un Registro de Abusadores para la provincia de Tucumán, que la Cámara Legislativa aprobó a libro cerrado, convirtiéndola en Ley Provincial Nº 7.810, el 5 de septiembre del 2006, que no entró en vigencia porque Alperovich, siendo gobernador nunca la reglamentó.
El resto fue simple, sus amigos del Poder Ejecutivo Nacional enviaron una persona que de parte de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia comandada por Alicia Kirchner, sin motivos y sin explicaciones nos canceló un servicio que perdieron los niños de la provincia de Tucumán.
-¿Qué es lo que más te frustró de aquel trayecto de la vida institucional de Fundación Adoptar?
-Tener que defender y mantener abierto un servicio tan caro para nuestros sentimientos y al mismo tiempo ser víctimas de la mafia de una política obstinada en que nada se sepa, con más la violencia de la intimidación para que aceptemos las condiciones del silencio o sufrir las consecuencias.
-¿Cuáles fueron esas consecuencias?
-El quite de la línea, la pérdida del ejercicio de los derechos más básicos de los niño, sólo para encubrir a dos atorrantes.
-¿Qué es lo que más te sorprendió de la escucha de niños en ese período?
-La calidad descomunal que tienen los políticos para mentirnos y la pusilanimidad de los argentinos para aceptar todos los desperdicios que nos obligan a tragar.
-¿Podés ser más específico?
-Las denuncias que hicimos describen este concepto de una manera increíble, observa Christian por favor las cosas que le denunciamos a nivel provincial y nacional y que a más de nuestras investigaciones, originariamente las conocimos gracias al Teléfono del Niño desde el 2002 hasta hoy:
Al gobierno de Tucumán
- Muerte por incineración de niños internos en conflicto con la ley penal.
- Muerte de niños internos por aplicación de drogas no aptas para el consumo humano en Tucumán.
- Muerte de una persona atropellada por una Defensora de Menores sin juicio y sin pena.
- Encubrimiento de la violación seguida de muerte por la jueza de Familia, Martha Paz de Centurión de una niña de 15 años a la que mantenía como sirvienta en su casa.
Al gobierno Nacional
- La existencia de trata de recién nacidos argentinos para la provisión de materia prima en las industrias de la pornografía y la prostitución infantil, el desguace de órganos, la utilización de sus genitales en el transporte de drogas, la utilización de sus cuerpos en ritos satánicos y para el cumplimiento de roles de hijos dentro y fuera del país.
- La desaparición sistemática del instituto jurídico de la adopción ya que el Poder Judicial tan sólo administra entregas legales en un 25%. El 75% pertenece a circulaciones y transacciones comerciales de mafias conformadas por delincuentes comunes asociados a funcionarios públicos que los comercializan a través de 13 provincias argentinas.
- El encubrimiento del Estado través de sus tres poderes del robo de bebés, al punto que la sustracción de recién nacidos para ser utilizados en roles de hijos, dentro y fuera del país no es delito de trata de personas.
En este sentido visitamos una infinidad de diputados y senadores nacionales proponiendo el tratamiento de proyectos de modificación de varias leyes que sanen esta situación, pero siempre están ocupados, atendiendo un territorio extraño que como mínimo a los argentinos no nos incluye.
-¿Querés agregar algo más?
-Tan sólo el agradecimiento a vos, que a propósito de la capacidad de escucha, permites que informaciones como estas lleguen a las personas. Gracias por ello.