El mortinato

Sumario de la nota
Qué es un mortinato
El uso del mortinato
La mamá cuando le comunican que su hijo nació muerto 
De qué se debe asegurar antes de ingresar al parto
Recomendación para los profesionales de la salud

Una madre le dirige una carta al presidente de la Nación advirtiéndole sobre el robo de bebés en Argentina. En un párrafo, al explicar su circunstancia personal dice textualmente: “…me dijeron que mi bebé nació muerto. No me dejaron verlo, no me lo entregaron. Tampoco me entregaron un certificado de nacido muerto”

Qué es un mortinato

Sobre estas expresiones, en especial la subrayada, valen algunas consideraciones:

El mortinato es aquella persona que muere en el vientre materno, sin lograr llegar al mundo con vida.

Existe un vacío legal en la Argentina, puesto que el ordenamiento jurídico protege a la persona desde la concepción en el seno materno, pero contrariamente a lo que se esperaba la abandona, justo en el acto más crucial de su naturaleza como es el momento del nacimiento, quitándole todos sus atributos y tratándola como cosa, como un escarmiento por no haber nacido viva.     

Al producto afectivo de dos humanos, con expectativas, ilusiones, sueños y esperanzas, ni siquiera le posibilitan sostener la dignidad básica de ponerle un nombre a ese hijo muerto, imponiéndole la calificación de NN (Nomen Nescio – nombre desconocido).

El daño moral que se genera en los padres o a las mamás es inconmensurable, cuestión que deberá ser tratada por El Legislador en algún momento que pueda darse tiempo, para tirar a la basura, despojos jurídicos devenidos de cuando los niños eran objetos y no sujetos de derecho.

El uso del mortinato

Uno de los métodos más utilizados para sustraer niños en Argentina, para luego circularlos por fuera de la adopción es mentir que nacieron muertos.

En el caso particular de estas mamás viene a su rescate, el Artículo 21 del Código Civil y Comercial que dice: “Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento con vida se presume”.

Si bien esta norma se relaciona con la necesidad de determinar eficazmente la titularidad de derechos patrimoniales, no deja de ser una garantía jurídica contundente de que todo nacimiento se presume con vida.

Además de ello, este artículo invierte la carga de la prueba al recaer sobre quien sostiene que la persona nació muerta, de conformidad con el respeto a la persona humana y a favor de su existencia.

En orden a ello la mamá no debe pedir el certificado de nacido muerto”, como dice la carta mencionada al comienzo, porque si se lo otorgaran, el que adujo la muerte, con una mera “constancia médica”, conformaría a la madre o quedaría liberado, por ella misma de la responsabilidad legal de tener que probar que su hijo nació sin vida. 

La mamá cuando le comunican que su hijo nació muerto

Ella, está viviendo, básicamente la siguiente experiencia:

a) Está sola. A pesar que no existe motivo alguno para cercenarle al padre su derecho a compartir el momento del parto, en general los médicos, le impiden su presencia aduciendo cuestiones de seguridad, negativa que es aceptada sumisamente, sin saber quizá que es un derecho que le asiste, tan sólo por el hecho de ser papá.      

b) Se siente vulnerable. Presume inconscientemente que algo no está bien, frente a un entorno que lo percibe como no amigable. Una mujer en estado de parto, posee una hipersensibilidad de captación del medio por su sentido de autoprotección para la conservación de la cría.  

c) Está bajo los efectos anestésicos. Epidural o general.

d) Sufre incapacidad física. En ese momento registra un lógico estado de inhabilidad física que le impide enfrentar o correr.

e) Recibe aplicación de drogas adicionales. Elegida para sustraerle el niño, es pasible de recibir sustancias para restringirle su lucidez y su capacidad para tomar decisiones.   

f) Tiene conciencia del entorno social. Sabe que vive en un país donde la administración de Justicia es débil o inexistente, situación que la coloca en un estado de angustia y ansiedad por la incertidumbre que tal pensamiento le provoca.  

De qué debe asegurarse antes de ingresar al parto

1) Contar con una persona confiable con capacidad de gestión que la asista desde dentro de la sala de parto, quirófano o con su presencia desde los pasillos del lugar.

2) Asegurarse que en mesa de entradas esté asentado su ingreso.  Debe ser registrada como parturienta en trance de parto, con todos sus datos personales y correspondiente obra social o modalidad de pago del servicio y nombre del médico o partera que la asiste. Si esto no se verifica, esa mujer, ese día no ingresó a ese lugar y por ende tampoco es constatable que parió, al menos en ese lugar.

3º) Exhibición del cuerpo a la madre o a quién ella designe: En muchos casos es conveniente designar la persona confiable, por cuanto se ha constatado que en muchas oportunidades, el bebé “dado por muerto” es entregado vivo, a título gratuito u oneroso a terceras personas con la complicidad de los parientes y en contra de los deseos de la mamá.  

4º) Secuestro de Protocolo e historia clínica del momento del parto. Depende de que esta documentación esté en el expediente sobre la construcción de un plexo probatorio, al momento de iniciar una demanda. Si la mamá fue elegida para sustraerle el bebé, toda esta documentación o no se hace o desaparece.  

5º) Autopsia del cadáver: Solicitar por vía judicial la autopsia del cadáver del bebé mostrado como el parido por la mamá.

6º) Pedido de ADN: Solicitar la extracción de muestra genética, en el momento de la autopsia, para determinar si hay compatibilidad genética entre la mamá y el presunto hijo muerto, dado que su bebé puede ser cambiado.

7º) Causa de la muerte: Solicitar se expida en el acto de la autopsia las causas de la muerte del bebé analizado, con más la firma del responsable de la práctica médica realizada.  

8º) Ojo con los organismos públicos. Hay organismos públicos, como la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF-Córdoba) que cuentan con casos irregulares de desaparición de bebés en complicidad con sanatorios privados, que aún no han dado explicaciones públicas ni judiciales sobre casos denunciados de sustracción de bebés.

Las mamá más vulnerables para quitarles sus hijos en este momento son la muy jóvenes, solas o vulnerables que llegan a estos lugares. Aunque esté cagada de miedo, muestre seguridad. No de ni entregue ningún tipo de información personal a nadie. Aunque la lleven ante un psicólogo del lugar, sepa que nadie tiene derecho a efectuar ningún tipo de cuestionario, consulta o derivación a no ser que dependa de ello la salud del pequeño.

La SENAF Córdoba denunciada por el robo de bebé

Por denuncia, la SENAF Córdoba debe ser auditada

Estos pasos son imprescindible. La mera mostración del cadáver no es garantía de nada, habida cuenta que hemos podido constatar que en maternidades públicas o privadas, pueden tener conservados cadáveres de bebés para mostrarlos en el caso de madres o familiares que insisten en ver los restos.

Incluye video

Recomendación para los profesionales de la salud

Cuando ustedes asisten a una mujer en su parto, no están lidiando con una cirugía de corazón, de apéndice o la extirpación de unas amígdalas, que termina cuando usted o su colega cosen la herida, sino con la recepción de una persona al mundo.

Ahora que sabe que existe la compra venta de recién nacidos en Argentina y que probablemente en su facultad nunca se lo informaron, le proponemos, que antes de sacarse los guantes y lavarse las manos, se asegure, que la vida de la mamá y de ese niño y el milagro del cual usted acaba de participar, posibilite con su cuidado y atención, que el futuro de ellos y también el suyo, continúen como hasta el momento ustedes lo habían planeado.  

Se llamaba Silvio Sosa, vivía en Añatuya, Santiago del Estero. Le cambiaron su bebé por un cadáver en el momento del parto de su esposa. Murió buscándolo, sus últimas palabras fueron: “En el reino de Dios, mi changuito no figura”

Escribió Julio César Ruiz

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